El servicio público en tiempos de Felipe Calderón fue de alto, alto riesgo. Dos secretarios de Estado murieron en supuestos accidentes y uno por cáncer terminal. Pero eso, digamos, fue producto de la casualidad (si es que los Mouriño y Blake no fallecieron en atentados). Porque, además de los periodistas y civiles muertos, candidatos, alcaldes, […]
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